Este tema es candente en toda propaganda política y
se podría decir que fue el gran eje de la última campaña de elecciones (ver la campaña de Massa, Insaurralde, Stolbizer, De Narváez o Pitrola). La idea
es hacer una aproximación al debate de la inseguridad y con esto debatir desde
un punto de coincidencias básicas que nos permitan avanzar en políticas de
Estado. Es un problema que nos afecta a todos pero cuando se plantean las
soluciones se sabe inmediatamente tanto la ideología política como el
“humanismo” de uno por decirlo de alguna forma. El que avisa no traiciona, yo
soy de izquierda, por ende van a encontrar acá la solución de la izquierda como
la más efectiva, pero aún así analizo causas y consecuencias por lo que creo
que esta nota es bastante interesante.
Hay muchos tipos de inseguridad pero esta nota se
refiere a los hechos delictivos puntualmente que tienen como objetivo el robo
cara a cara. En primer lugar quiero diferenciar la inseguridad real de la
sensación de inseguridad. La primera son los hechos concretos, el robo,
asesinato, arrebato que se produce en la calle. La segunda refiere al miedo que
la inseguridad produce en las personas y que al día de hoy lleva a no salir de
noche, cerrar la casa con la mayor cantidad posible de cerraduras, poner barras
en las ventanas y para el que puede pagarse un country privado en algunos
casos. No tienen por qué ir de la mano y quien influye principalmente en la
sensación son los medios de comunicación a través de los policiales. Así es
posible que alguien que nunca fue robado tenga este miedo. Es importante
realizar esta distinción porque muchas veces se habla de un tipo de inseguridad
y se responde con el otro. Muchos opositores al kirchnerismo recordarán al
hablar de inseguridad que son contestados con que "la inseguridad es una
sensación". La respuesta en sí no es errada, pero no es un argumento que
refute algo. La sensación de inseguridad hoy en día está sobredimensionada pero
la inseguridad real sí existe, por más que Argentina tenga una de las tasas más
bajas de América Latina (la situación es distinta si lo comparamos con el resto
del mundo).
Demostrado que existe la inseguridad real, hay
varias soluciones que se plantean desde distintos espacios políticos. Una
medida que toman todos los oficialismos, que no es mala pero es ineficiente,
son la instalación de cámaras de seguridad, la adquisición de nuevos
patrulleros o la creación de patrullas vecinales o policías municipales. En sí
son medidas a corto plazo que pueden tener incidencia en sectores determinados
que atacan las consecuencias del delito, pero que por sí solas no pueden
erradicar la inseguridad (desde ahora siempre hablo de inseguridad real) ya que
no atacan a la raíz del problema. Igualmente los oficialismos siguen tomando
estas medidas cortoplacistas que ayudan a reducir un poco la sensación.
Una medida que se plantea desde la derecha es la
mano dura, tolerancia cero, castigos más fuertes y en algunas situaciones la
pena de muerte. Al igual que la medida anterior, esta tampoco ataca los
problemas de raíz. Es más, en muchos países centroamericanos al implementarse
la mano dura la inseguridad subió en vez de bajar. A quien le interese puede
leer las opiniones del experto Bernardo Kliksberg, especialista en estos temas.
El máximo referente para los que piensan que esta es la solución es el ex alcalde
de Nueva York, Rudolph Giuliani, que impuso políticas de Tolerancia Cero y la
inseguridad bajó drásticamente. Lo que no se dice es que la situación social
estadounidense mejoró mucho por esa época, muchas ciudades bajaron la
delincuencia por esos años y en Nueva York específicamente la tasa de desempleo
bajó también drásticamente, por lo que es posible que haya sido esto más que la
mano dura lo que bajó la delincuencia.
Los sectores ubicados más a la izquierda, entre los
que saben que yo me incluyo, plantean un ataque a la raíz del problema, en
donde una sociedad más justa y con mejor distribución de la riqueza hará bajar
la delincuencia. El foco está entonces en combatir la pobreza y yo agregaría en
combatir la concentración urbana. Para mí esto se logra con menor desempleo,
más educación y salud, urbanizando villas y creando polos industriales y
agrícolas en provincias poco pobladas para que no haya un amontonamiento de
gente solo en una ciudad. Esta es sin duda la solución más difícil, es a largo
plazo y forma parte de un proyecto de Estado y no de gobierno, por lo que es
tan difícil aplicarla. Kliksberg muestra como en los países nórdicos, los
considerados más justos, la cantidad de policías por habitante es la menor de
todo el mundo.
Finalmente, una última solución que se me ocurre es
la limpieza de la policía. Hoy en día nuestra policía es una institución
totalmente corrupta, la situación empeora si pensamos que Scioli les dio el
autogobierno a la bonaerense. A cargo de esta hay redes de narcotráfico, presos
que mandan a robar, desarmaderos de autos (en lo personal conozco un caso de
hace unos años donde un patrullero choca a un auto y le ofrece repuestos de un
auto robado), puertas giratorias desde las mismas comisarías (también conozco
un caso de alguien robado por menores, la policía agarró a los delincuentes,
los cagaron a trompadas y los soltaron antes que al robado por "falta de
pruebas"), prácticas que vienen de la dictadura (conozco a alguien que por
“portación de cara” lo acusaron de un delito que no cometió, lo desnudaron y lo
cagaron a piñas), y un largo etcétera. Yo pienso, si un ciudadano común sufre
alguno de estos problemas, ¿hace la denuncia? ¿Cuánto tardaría en tener a dos
patrulleros listos para hacerlo mierda? Quizás este sea uno de los problemas más
difíciles de resolver. Hace años varios municipios del Conurbano proponen
policías municipales. Estas son más fáciles de controlar, y probablemente al
estar más descentralizadas sean más eficaces. Pero ojo, todo tiene su lado
oscuro, me da miedo que haría el intendente de Merlo con una policía municipal,
ya tiene a su mando distintas patotas anti democracia, ¿qué haría con una
policía además? Hay que pensar bien la propuesta y que los vecinos estén
directamente ligados a la conducción de las fuerzas policiales, pero aún así
sigue siendo un avance muy importante.
La policía, además de recibir salarios bajos y ser
muy corrupta, no es profesional. Tienen un entrenamiento muy básico por lo que
es muy común que la gendarmería sea quien custodie las calles en vez de la
policía. ¿Cómo puede tener un arma alguien que no sabe usarla? Se debe
profesionalizar la fuerza, dándoles un entrenamiento adecuado, fomentando la
finalización de estudios (si alguno tiene el secundario completo es un lujo) y
dándole elementos para trabajar: chalecos antibalas adecuados, patrulleros que
por lo menos tengan luces y darles las armas, que no la tengan que comprar los
policías.
En resumen, combatir la inseguridad no es cosa de
un solo gobierno, sino que deben ser políticas de Estado entre todos los
sectores políticos de una sociedad. Deben combatir la pobreza y la
concentración y ahí enfocar sus esfuerzos. A la policía deben limpiarla,
profesionalizarla y descentralizarla. Deben aplicarse además políticas
cortoplacistas que ayuden a disminuir la sensación de inseguridad. Y por último
la justicia tiene que actuar eficientemente con penas duras para los
delincuentes. Podría hablar del pésimo sistema carcelario argentino o del
flagelo del narcotráfico que inciden directamente en la inseguridad, pero son
temas tan extensos que merecerían toda una nota aparte y mucho más. Con todo
esto, ¿estoy pidiendo algo imposible?
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