Cita obligada es escribir sobre las elecciones en estos días, aprovechando que el tiempo me dio un descanso. El resultado era previsible, pero no por estos márgenes que nadie esperaba. Cristina Fernández de Kirchner superó el 50% de los votos, pero lo que es aún más importante, tuvo una diferencia mayor a los 35 puntos porcentuales respecto del segundo. Acá encontramos el primer fenómeno sobre el que no me concentraré mucho, ya que mucho se ha hablado sobre esto. La división de la oposición. Es incorrecto creer que existe una oposición, las ideologías existen, está la derecha de Duhalde, la izquierda de Binner, y la… bueno, no podríamos decir de donde viene Alfonsín. Caso aparte el candidato que salió segundo, que saltó a la fama como un candidato progresista, de la mano del Partido Socialista y la gran gestión de Binner en Santa Fé, pero decidió romper ese espacio trasladándose al discurso derechista y a los dólares de Francisco De Narváez. Era imposible que estos espacios se relacionaran entre si, la única posibilidad sería una alianza Duhalde-Alfonsín, pero que finalmente no se dio. Me parece importante ir ordenadamente y hablar de cada candidato individualmente.
PRECANDIDATOS A PRESIDENTE
Por quien más empezar sino por la gran ganadora y por el Frente Para la Victoria. Electoralmente tuvo muchos problemas al inicio del año, si bien ganó en Catamarca, en Chubut salió segundo, pero lo más importante fue que perdió un candidato muy fuerte en su provincia, que era Das Neves. Sin embargo lograron sacarle una gran cantidad de votos por lo que el candidato del Peronismo Federal, Martín Buzzi, ganó por la mínima. Luego vinieron un par de elecciones de dudoso resultado donde, si bien el kirchnerismo no ganó, si mejoró su performance de 2009. En Santa Fe, una zona donde Rossi mide muy mal debido al voto del campo, mejoró en 10 puntos su elección anterior, pero quedó tercero contra el nuevo candidato del socialismo, con lo que cuesta establecer un candidato nuevo, y Miguel del Sel, candidato del PRO, sin experiencia en política, con debates desastrosos, que con un sustento importante de dinero para respaldar su candidatura. Dato a parte que la lista a diputados del Frente Para la Victoria salió primera, así que da que pensar que es más un voto anti Rossi que un voto anti K. La otra elección fue la de Capital. En ella el macrismo mejoró ampliamente su performance de la elección anterior, aunque igualmente debió ir a segunda vuelta. Filmus, si bien sacó un poco más de votos, mantuvo sus números y en la segunda vuelta la diferencia que le sacó Macri fue aún mayor, que además ganó en todas las comunas. Acá el sueño de la invencibilidad de Cristina empezaba a tambalear para desaparecer poco tiempo después.
En la elección de Córdoba el kirchnerismo no logró hacer pie, por más que muchos lo relacionaban con De la Sota, aunque finalmente no hubo ninguna alianza. El candidato de Unión por Córdoba se impuso, seguido por el radical Aguad y el candidato del Frente Amplio Progresista, Luis Juez. El kirchnerismo no figuró y la amenaza de un crecimiento de Duhalde si se unía a De la Sota y Macri comenzaba a florecer. 14 de agosto, primeras primarias en la Argentina, nada de esto pasó. Cristina arrasó, ganó en absolutamente todas las provincias (salvo en San Luis), Córdoba, Santa Fe e incluso la Capital Federal. En la provincia de Buenos Aires, lo que se esperaba fuera un trámite fue más que eso, Cristina, sumando los votos que le dieron Scioli, Ishii y Sabbatella, superó el 50%, y mantuvo una gran diferencia con el peronista que acompañaba al radical Alfonsín, Francisco “dólar” De Narváez.
Como segundo se estableció Ricardo Alfonsín, por el partido Unión por el Desarrollo, un nombre distinto para nombrar un espacio donde se reunieron personas que poco tenían que ver entre sí. Logró un meritorio segundo puesto, aunque al principio las encuestas le daban un mayor porcentaje cuando estaba unido con el Partido Socialista. Había logrado, sin nombrar propuestas, solo una cara de “buen tipo”, ubicarse como la principal oposición, pero actitudes que tuvo le hicieron perder muchos votos. Por un lado se unió a De Narváez sabiendo que rompería con el socialismo, por otro esta unión significó un cambio en el discurso que el votante no pudo digerir. Es difícil hacer futurología, pero no pareciera que Alfonsín pueda aumentar el caudal de votos que sacó en esta elección.
Por poco, tan solo algunos miles de votos, Eduardo Duhalde se coló en el tercer lugar. El descontento con Alfonsín hizo que mucho voto anti K se dirigiera hacia él (muchos se olvidaron que antes habían estado juntos), sumado a los grandes porcentajes sacados por Macri, De la Sota y Del Sel, un voto que se puede considerar más conservador que progresista, como la ideología de Duhalde. Sin embargo el “cabezón” no pudo aprovechar esta situación y se tuvo que conformar con mirar a Alfonsín desde abajo.
El “tercer segundo” como suelen nombrarlo ahora, Hermes Binner, del espacio que engloba a una gran parte de las fuerzas progresistas de la Argentina. Ganó por poco la gobernación de Santa Fe, perdió lejos la de Córdoba, el panorama no era muy optimista. En su primera elección superó tranquilamente el 10%, un gran éxito, sobre todo en Buenos Aires. El electorado anti K encontró en él una propuesta superadora, aunque este no fue la composición máxima de su voto. Mucha gente del progresismo, que no se considera anti K, votó a Binner, una curiosa cualidad fue el voto cruzado Binner-Sabbatella en la zona oeste. A diferencia de los otros dos, no está claro el techo del Frente Amplio Progresista, es muy posible que se eleve de acá a octubre.
El “eterno” Rodríguez Saá, “El Alberto” como se hizo llamar, se presentó nuevamente a elecciones, y nuevamente mantuvo su caudal electoral, no lo aumentó, no lo disminuyó. Poco interesante hablar de él, mismos discursos, mismos votos, ninguna noticia. Lo único de color que se puede nombrar es que fue el único candidato que logró vencer a Cristina en su provincia, algo que ya se sabía y no se aspiraba a evitar.
Posteriormente vino la Coalición Cívica, si bien le admito que perdió el aparato que en 2007 le dio un caudal importante de votos, es menester aclarar que fue la gran derrotada de estas elecciones, perdió millones de votos, no tuvo la capacidad de armar un espacio político para pelear la elección, ni soñar con superar tan solo el 10%. Y esto es raro porque da una imagen de honestidad y tuvo mucha difusión mediática, pero las ideologías son importantes y no logró apuntar a un electorado específico, sus discursos apocalípticos distaron de lo que la gente creía que era su realidad y eso se correspondió con la negativa a votarla.
Por poco no es superada por Altamira, en la flamante Nueva Izquierda, la finalmente unión de los dos partidos comunistas más importantes del país, el Partido Obrero y el Partido de los Trabajadores Socialistas. El voto “lástima” para ellos fue muy amplio, incluso en TN lo mostraban como una fiesta el hecho de que hayan podido ingresar a la elección. Mucho ayudó a esto la nueva ley de Reforma Política que le dio espacios a todos los candidatos en televisión, nunca antes se había visto tanta publicidad televisiva de la izquierda. Sin embargo es lógico pensar que ese voto “lástima”, al cumplir su objetivo de meter al Frente de Izquierda a la elección, migre hacia otro candidato ya que es difícil pensar en convicciones cuando la principal estrategia, metafóricamente, se puede entender por una campaña en Twitter que llamaba a votar por solidaridad, no por convicción.
Mucho más atrás está la segunda gran perdedora de esta elección, Alcira Argumedo del Movimiento Proyecto Sur. El resultado puede explicarse con la gran decepción que generó Fernando “Pino” Solanas en el electorado. Habiendo hecho una gran elección en 2009 en la Ciudad de Buenos Aires, en vez de apostar a lo que era un triunfo casi seguro, decidió irse a la presidencial, donde el fracaso era cantado. Sin embargo, con un discurso que apuntaba a lo nacional decidió pelearla manteniendo sus convicciones. Costó que los que no eran miembros de su partido se adecúen a esta realidad y lo que parecía ser una mala estrategia, pero finalmente fue aceptada la decisión. Claudio Lozano, un cuadro muy importante de este frente, quedó designado como candidato a Jefe de Gobierno. Ya había empezado su campaña cuando Pino, arbitrariamente, decidió bajarse de la presidencial (algo que ya había hecho Macri, pero con otro resultado) y postularse para la Ciudad, según él, por lo poco que medía Lozano. Lozano, aunque enojado con esta decisión, la toleró y siguió adelante. El segundo hecho que coronó la decadencia de Proyecto Sur fue lo que pasó con Binner. Cuando Alfonsín se junta con De Narváez, Binner rompe con la UCR y empieza a negociar con Proyecto Sur, con quienes ya habían estado trabajando en coincidencias y donde la UCR era el único escollo para realizar la unión. Se juntan formando el Frente Amplio Progresista, con Binner a la cabeza y con la duda de quien sería la vicepresidente. Pino quiso imponer a toda costa a Alcira Argumedo, pero finalmente Binner se decidió por Norma Morandini. Esto hizo que Pino acuse al socialismo de tomar decisiones arbitrariamente y rompió con el espacio a pocos días de haberse unido. El problema es que no todos los movimientos que formaban Proyecto Sur rompieron con el Frente, tal es el caso de Libres del Sur (quienes personalmente no me agradan por su condición de “veletas”) y Buenos Aires para Todos, la fuerza de uno de los principales referentes de Proyecto Sur, Claudio Lozano.
El resto de los candidatos, que tampoco entraron a octubre, no merecen más mención que sus nombres, Sergio Pastore y José Bonacci. Pero como soy democrático le voy a dar un espacio a todos, y ellos lo merecen. El primero es uno de los fundadores del Movimiento de Acción Vecinal de Córdoba, es abogado, 44 años. Es respaldado por la comunidad sirio-libanesa de Capital Federal, por lo que asegura que busca mantener un ambiente de seguridad jurídica para atraer inversiones de países árabes. No tiene militancia y propone además duplicar el número de hospitales públicos.
Por otro lado también está José Bonacci, rosarino que se considera “nacionalista y peronista”. Este empresario de los medios de comunicación ya fue concejal por el Modin, el partido de Aldo Rico, pero la constancia ideológica no es algo que lo caracterice. Afirma estar más cerca de Altamira que de Macri y apoyó a Rossi en las últimas elecciones. También se lo suele relacionar con Alejandro Biondini, quien ya no necesita presentaciones. En cuanto a su militancia se suele decir que fue echado de su colegio por intentar formar un Centro de Estudiantes, pero la fuente de este dato no está muy clara.
PRECANDIDATOS A GOBERNADOR DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES
Capítulo aparte jugaron los candidatos a gobernador por la provincia, bastión histórico del peronismo, y esta elección no fue la excepción. Solo a dos candidatos se los vio en la televisión, a Francisco De Narváez y a Scioli, segundo y primero respectivamente. Lo llamativo fueron las colectoras e internas que hubo, que no hubo en la nacional.
El gran ganador fue Daniel Scioli, que arrasó con su lista. El otro candidato que llevaba a Cristina en el Frente Para la Victoria fue Mario Ishii, que solo hizo una buena elección en José C. Paz, el resto fue pésimo. El triunfo era esperado, pero no esa diferencia. No era raro decir que De Narváez estaba a unos pocos puntos del candidato oficialista.
Dos millones de votos menos estuvo el “colorado”, a pesar de la fuerte campaña económica que tuvo detrás. Sin duda fue el gran perdedor de la provincia, un hombre que sin propuestas logró ganarle a Néstor Kirchner en el 2009.
Casi la mitad de los votos de De Narváez consiguió Amadeo, el candidato de Duhalde. Otro gran derrotado si se tiene en cuenta que muchos de los intendentes del Conurbano, los famosos “barones”, hoy con Cristina, antes estaban con Duhalde.
La sorpresa fue Margarita Stolbizer, con poca difusión logró colarse en el cuarto lugar, a dos puntos de Amadeo, ganando importantes votos para Binner.
Muy cerca estuvo el candidato de Nuevo Encuentro, Martín Sabbatella. A pesar de estar cada vez más fuerte en la zona oeste le costó esta elección y sacó pocos votos más que en 2009, a pesar de haber llevada anexada la boleta de Cristina. La campaña del candidato moronense fue prácticamente inexistente, algunos afiches sueltos (en Morón fue el último candidato en ponerlos) pero aún así se puede entender como un logro el haber mantenido sus votos y haber establecido un piso en la provincia. Deben mantenerse contentos en el búnker ya que no solo ganó Cristina, sino que además el candidato a intendente de Morón, Lucas Ghi, prácticamente desconocido en los mismos vecinos del municipio, logró imponerse a Martín Marinucci, hombre que iba en la boleta de Scioli. La victoria no fue tan holgada como en 2007, pero no por eso deja de ser menos importante.
Muy cerca, a solos centécimas, estuvo el candidato de Rodríguez Saá, Rodriguez Saá (no, no es un error de tipeo, el ex gobernador de San Luis se postuló a gobernador de Buenos Aires).
El pelotón de atrás lo completó la Coalición Cívica, muy cerca el Frente de Izquierda, y mucho más lejos Proyecto Sur.
CURIOSIDADES
A pesar de que en Buenos Aires Sabbatella llevaba la boleta de Cristina, hubo mucho corte de boleta y voto cruzado Binner-Sabbatella. Esto se explica porque el voto de Sabbatella es enteramente progresista, y dentro de estos no todos estaban de acuerdo con la política de Cristina, por lo que vieron a Binner como su principal candidato. No es raro ya que las similitudes entre ambos candidatos son varias, en sus gestiones municipales ambos recibieron premios a la transparencia institucional y ambos pregonaron por el libre acceso a la información pública.
Otra curiosidad, Carrió no reconoció su derrota el día de las elecciones. Habló su candidato a vice, Adrián Pérez. Sin embargo, al otro día ella habló e hizo una autocrítica reconociendo que fue su culpa que hayan perdido tantos votos. Por otro lado Pino Solanas responsabilizó al socialismo, a Cristina, al radicalismo, a la Coalición Cívica, a su perro, y a la película Mars Attack del pobre resultado sacado, a todo el mundo, menos a sí mismo.
El mito de “el campo somos todos” fue destrozado al instante. O no eran tantos como decían que eran, o les está yendo mejor de lo que dicen y votaron a Cristina, ya que en todas las provincias donde el campo es una parte fundamental de la economía ganó el Frente Para la Victoria.
Esta “encuesta”, como muchos opositores la llamaban, debía definir cuál era el candidato opositor mejor posicionado, pero lejos de eso mostró a dos claros segundos que parecieran haber llegado a su techo, y un tercer segundo que a pesar de estar dos puntos abajo pareciera que va a seguir creciendo. Entonces el voto anti K va a la deriva buscando un candidato para posicionarse, lo único que lo ayudaría es que alguno se baje, ¿pero quien sería capaz de sacrificarse?
Por último, aquellos que cuestionan de demagógico al gobierno, empezaron a trabajar por implementar el sistema de boleta única, medida que no es mala, a menos que la planteen, como lo están haciendo, para octubre. Un cambio así requiere de un gran tiempo de preparación como sucedió en Santa Fé.
REFLEXIONES FINALES
El rotundo triunfo de Cristina Fernández le da un margen amigable para gobernar de cara a 2015, empezará la búsqueda de un candidato fuerte para seguir el modelo. Podría ser Amado Boudou, hoy Ministro de Economía, mañana vicepresidente, siempre leal. Algunos hablan de Scioli, aunque es difícil cuando las diferencias ideológicas son tan grandes. De cualquier forma resta mucho tiempo y todavía no elegimos presidente. Por lo pronto yo veo positivamente que la gente está empezando a elegir propuestas progresistas, o va con el progresismo de Cristina, o va con el progresismo de Binner, mientras que Alfonsín fue castigado con su alianza con De Narváez y Duhalde sigue perdiendo terreno. La elección en octubre no solo dirá quien será el nuevo presidente, sino que además conformará el nuevo escenario político donde habrá un espacio claramente progresista, pero la amenaza conservadora seguirá latente. A tener cuidado con posibles alianzas del PRO de Macri y Del Sel con Duhalde y De la Sota.
PRECANDIDATOS A PRESIDENTE
Por quien más empezar sino por la gran ganadora y por el Frente Para la Victoria. Electoralmente tuvo muchos problemas al inicio del año, si bien ganó en Catamarca, en Chubut salió segundo, pero lo más importante fue que perdió un candidato muy fuerte en su provincia, que era Das Neves. Sin embargo lograron sacarle una gran cantidad de votos por lo que el candidato del Peronismo Federal, Martín Buzzi, ganó por la mínima. Luego vinieron un par de elecciones de dudoso resultado donde, si bien el kirchnerismo no ganó, si mejoró su performance de 2009. En Santa Fe, una zona donde Rossi mide muy mal debido al voto del campo, mejoró en 10 puntos su elección anterior, pero quedó tercero contra el nuevo candidato del socialismo, con lo que cuesta establecer un candidato nuevo, y Miguel del Sel, candidato del PRO, sin experiencia en política, con debates desastrosos, que con un sustento importante de dinero para respaldar su candidatura. Dato a parte que la lista a diputados del Frente Para la Victoria salió primera, así que da que pensar que es más un voto anti Rossi que un voto anti K. La otra elección fue la de Capital. En ella el macrismo mejoró ampliamente su performance de la elección anterior, aunque igualmente debió ir a segunda vuelta. Filmus, si bien sacó un poco más de votos, mantuvo sus números y en la segunda vuelta la diferencia que le sacó Macri fue aún mayor, que además ganó en todas las comunas. Acá el sueño de la invencibilidad de Cristina empezaba a tambalear para desaparecer poco tiempo después.
En la elección de Córdoba el kirchnerismo no logró hacer pie, por más que muchos lo relacionaban con De la Sota, aunque finalmente no hubo ninguna alianza. El candidato de Unión por Córdoba se impuso, seguido por el radical Aguad y el candidato del Frente Amplio Progresista, Luis Juez. El kirchnerismo no figuró y la amenaza de un crecimiento de Duhalde si se unía a De la Sota y Macri comenzaba a florecer. 14 de agosto, primeras primarias en la Argentina, nada de esto pasó. Cristina arrasó, ganó en absolutamente todas las provincias (salvo en San Luis), Córdoba, Santa Fe e incluso la Capital Federal. En la provincia de Buenos Aires, lo que se esperaba fuera un trámite fue más que eso, Cristina, sumando los votos que le dieron Scioli, Ishii y Sabbatella, superó el 50%, y mantuvo una gran diferencia con el peronista que acompañaba al radical Alfonsín, Francisco “dólar” De Narváez.
Como segundo se estableció Ricardo Alfonsín, por el partido Unión por el Desarrollo, un nombre distinto para nombrar un espacio donde se reunieron personas que poco tenían que ver entre sí. Logró un meritorio segundo puesto, aunque al principio las encuestas le daban un mayor porcentaje cuando estaba unido con el Partido Socialista. Había logrado, sin nombrar propuestas, solo una cara de “buen tipo”, ubicarse como la principal oposición, pero actitudes que tuvo le hicieron perder muchos votos. Por un lado se unió a De Narváez sabiendo que rompería con el socialismo, por otro esta unión significó un cambio en el discurso que el votante no pudo digerir. Es difícil hacer futurología, pero no pareciera que Alfonsín pueda aumentar el caudal de votos que sacó en esta elección.
Por poco, tan solo algunos miles de votos, Eduardo Duhalde se coló en el tercer lugar. El descontento con Alfonsín hizo que mucho voto anti K se dirigiera hacia él (muchos se olvidaron que antes habían estado juntos), sumado a los grandes porcentajes sacados por Macri, De la Sota y Del Sel, un voto que se puede considerar más conservador que progresista, como la ideología de Duhalde. Sin embargo el “cabezón” no pudo aprovechar esta situación y se tuvo que conformar con mirar a Alfonsín desde abajo.
El “tercer segundo” como suelen nombrarlo ahora, Hermes Binner, del espacio que engloba a una gran parte de las fuerzas progresistas de la Argentina. Ganó por poco la gobernación de Santa Fe, perdió lejos la de Córdoba, el panorama no era muy optimista. En su primera elección superó tranquilamente el 10%, un gran éxito, sobre todo en Buenos Aires. El electorado anti K encontró en él una propuesta superadora, aunque este no fue la composición máxima de su voto. Mucha gente del progresismo, que no se considera anti K, votó a Binner, una curiosa cualidad fue el voto cruzado Binner-Sabbatella en la zona oeste. A diferencia de los otros dos, no está claro el techo del Frente Amplio Progresista, es muy posible que se eleve de acá a octubre.
El “eterno” Rodríguez Saá, “El Alberto” como se hizo llamar, se presentó nuevamente a elecciones, y nuevamente mantuvo su caudal electoral, no lo aumentó, no lo disminuyó. Poco interesante hablar de él, mismos discursos, mismos votos, ninguna noticia. Lo único de color que se puede nombrar es que fue el único candidato que logró vencer a Cristina en su provincia, algo que ya se sabía y no se aspiraba a evitar.
Posteriormente vino la Coalición Cívica, si bien le admito que perdió el aparato que en 2007 le dio un caudal importante de votos, es menester aclarar que fue la gran derrotada de estas elecciones, perdió millones de votos, no tuvo la capacidad de armar un espacio político para pelear la elección, ni soñar con superar tan solo el 10%. Y esto es raro porque da una imagen de honestidad y tuvo mucha difusión mediática, pero las ideologías son importantes y no logró apuntar a un electorado específico, sus discursos apocalípticos distaron de lo que la gente creía que era su realidad y eso se correspondió con la negativa a votarla.
Por poco no es superada por Altamira, en la flamante Nueva Izquierda, la finalmente unión de los dos partidos comunistas más importantes del país, el Partido Obrero y el Partido de los Trabajadores Socialistas. El voto “lástima” para ellos fue muy amplio, incluso en TN lo mostraban como una fiesta el hecho de que hayan podido ingresar a la elección. Mucho ayudó a esto la nueva ley de Reforma Política que le dio espacios a todos los candidatos en televisión, nunca antes se había visto tanta publicidad televisiva de la izquierda. Sin embargo es lógico pensar que ese voto “lástima”, al cumplir su objetivo de meter al Frente de Izquierda a la elección, migre hacia otro candidato ya que es difícil pensar en convicciones cuando la principal estrategia, metafóricamente, se puede entender por una campaña en Twitter que llamaba a votar por solidaridad, no por convicción.
Mucho más atrás está la segunda gran perdedora de esta elección, Alcira Argumedo del Movimiento Proyecto Sur. El resultado puede explicarse con la gran decepción que generó Fernando “Pino” Solanas en el electorado. Habiendo hecho una gran elección en 2009 en la Ciudad de Buenos Aires, en vez de apostar a lo que era un triunfo casi seguro, decidió irse a la presidencial, donde el fracaso era cantado. Sin embargo, con un discurso que apuntaba a lo nacional decidió pelearla manteniendo sus convicciones. Costó que los que no eran miembros de su partido se adecúen a esta realidad y lo que parecía ser una mala estrategia, pero finalmente fue aceptada la decisión. Claudio Lozano, un cuadro muy importante de este frente, quedó designado como candidato a Jefe de Gobierno. Ya había empezado su campaña cuando Pino, arbitrariamente, decidió bajarse de la presidencial (algo que ya había hecho Macri, pero con otro resultado) y postularse para la Ciudad, según él, por lo poco que medía Lozano. Lozano, aunque enojado con esta decisión, la toleró y siguió adelante. El segundo hecho que coronó la decadencia de Proyecto Sur fue lo que pasó con Binner. Cuando Alfonsín se junta con De Narváez, Binner rompe con la UCR y empieza a negociar con Proyecto Sur, con quienes ya habían estado trabajando en coincidencias y donde la UCR era el único escollo para realizar la unión. Se juntan formando el Frente Amplio Progresista, con Binner a la cabeza y con la duda de quien sería la vicepresidente. Pino quiso imponer a toda costa a Alcira Argumedo, pero finalmente Binner se decidió por Norma Morandini. Esto hizo que Pino acuse al socialismo de tomar decisiones arbitrariamente y rompió con el espacio a pocos días de haberse unido. El problema es que no todos los movimientos que formaban Proyecto Sur rompieron con el Frente, tal es el caso de Libres del Sur (quienes personalmente no me agradan por su condición de “veletas”) y Buenos Aires para Todos, la fuerza de uno de los principales referentes de Proyecto Sur, Claudio Lozano.
El resto de los candidatos, que tampoco entraron a octubre, no merecen más mención que sus nombres, Sergio Pastore y José Bonacci. Pero como soy democrático le voy a dar un espacio a todos, y ellos lo merecen. El primero es uno de los fundadores del Movimiento de Acción Vecinal de Córdoba, es abogado, 44 años. Es respaldado por la comunidad sirio-libanesa de Capital Federal, por lo que asegura que busca mantener un ambiente de seguridad jurídica para atraer inversiones de países árabes. No tiene militancia y propone además duplicar el número de hospitales públicos.
Por otro lado también está José Bonacci, rosarino que se considera “nacionalista y peronista”. Este empresario de los medios de comunicación ya fue concejal por el Modin, el partido de Aldo Rico, pero la constancia ideológica no es algo que lo caracterice. Afirma estar más cerca de Altamira que de Macri y apoyó a Rossi en las últimas elecciones. También se lo suele relacionar con Alejandro Biondini, quien ya no necesita presentaciones. En cuanto a su militancia se suele decir que fue echado de su colegio por intentar formar un Centro de Estudiantes, pero la fuente de este dato no está muy clara.
PRECANDIDATOS A GOBERNADOR DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES
Capítulo aparte jugaron los candidatos a gobernador por la provincia, bastión histórico del peronismo, y esta elección no fue la excepción. Solo a dos candidatos se los vio en la televisión, a Francisco De Narváez y a Scioli, segundo y primero respectivamente. Lo llamativo fueron las colectoras e internas que hubo, que no hubo en la nacional.
El gran ganador fue Daniel Scioli, que arrasó con su lista. El otro candidato que llevaba a Cristina en el Frente Para la Victoria fue Mario Ishii, que solo hizo una buena elección en José C. Paz, el resto fue pésimo. El triunfo era esperado, pero no esa diferencia. No era raro decir que De Narváez estaba a unos pocos puntos del candidato oficialista.
Dos millones de votos menos estuvo el “colorado”, a pesar de la fuerte campaña económica que tuvo detrás. Sin duda fue el gran perdedor de la provincia, un hombre que sin propuestas logró ganarle a Néstor Kirchner en el 2009.
Casi la mitad de los votos de De Narváez consiguió Amadeo, el candidato de Duhalde. Otro gran derrotado si se tiene en cuenta que muchos de los intendentes del Conurbano, los famosos “barones”, hoy con Cristina, antes estaban con Duhalde.
La sorpresa fue Margarita Stolbizer, con poca difusión logró colarse en el cuarto lugar, a dos puntos de Amadeo, ganando importantes votos para Binner.
Muy cerca estuvo el candidato de Nuevo Encuentro, Martín Sabbatella. A pesar de estar cada vez más fuerte en la zona oeste le costó esta elección y sacó pocos votos más que en 2009, a pesar de haber llevada anexada la boleta de Cristina. La campaña del candidato moronense fue prácticamente inexistente, algunos afiches sueltos (en Morón fue el último candidato en ponerlos) pero aún así se puede entender como un logro el haber mantenido sus votos y haber establecido un piso en la provincia. Deben mantenerse contentos en el búnker ya que no solo ganó Cristina, sino que además el candidato a intendente de Morón, Lucas Ghi, prácticamente desconocido en los mismos vecinos del municipio, logró imponerse a Martín Marinucci, hombre que iba en la boleta de Scioli. La victoria no fue tan holgada como en 2007, pero no por eso deja de ser menos importante.
Muy cerca, a solos centécimas, estuvo el candidato de Rodríguez Saá, Rodriguez Saá (no, no es un error de tipeo, el ex gobernador de San Luis se postuló a gobernador de Buenos Aires).
El pelotón de atrás lo completó la Coalición Cívica, muy cerca el Frente de Izquierda, y mucho más lejos Proyecto Sur.
CURIOSIDADES
A pesar de que en Buenos Aires Sabbatella llevaba la boleta de Cristina, hubo mucho corte de boleta y voto cruzado Binner-Sabbatella. Esto se explica porque el voto de Sabbatella es enteramente progresista, y dentro de estos no todos estaban de acuerdo con la política de Cristina, por lo que vieron a Binner como su principal candidato. No es raro ya que las similitudes entre ambos candidatos son varias, en sus gestiones municipales ambos recibieron premios a la transparencia institucional y ambos pregonaron por el libre acceso a la información pública.
Otra curiosidad, Carrió no reconoció su derrota el día de las elecciones. Habló su candidato a vice, Adrián Pérez. Sin embargo, al otro día ella habló e hizo una autocrítica reconociendo que fue su culpa que hayan perdido tantos votos. Por otro lado Pino Solanas responsabilizó al socialismo, a Cristina, al radicalismo, a la Coalición Cívica, a su perro, y a la película Mars Attack del pobre resultado sacado, a todo el mundo, menos a sí mismo.
El mito de “el campo somos todos” fue destrozado al instante. O no eran tantos como decían que eran, o les está yendo mejor de lo que dicen y votaron a Cristina, ya que en todas las provincias donde el campo es una parte fundamental de la economía ganó el Frente Para la Victoria.
Esta “encuesta”, como muchos opositores la llamaban, debía definir cuál era el candidato opositor mejor posicionado, pero lejos de eso mostró a dos claros segundos que parecieran haber llegado a su techo, y un tercer segundo que a pesar de estar dos puntos abajo pareciera que va a seguir creciendo. Entonces el voto anti K va a la deriva buscando un candidato para posicionarse, lo único que lo ayudaría es que alguno se baje, ¿pero quien sería capaz de sacrificarse?
Por último, aquellos que cuestionan de demagógico al gobierno, empezaron a trabajar por implementar el sistema de boleta única, medida que no es mala, a menos que la planteen, como lo están haciendo, para octubre. Un cambio así requiere de un gran tiempo de preparación como sucedió en Santa Fé.
REFLEXIONES FINALES
El rotundo triunfo de Cristina Fernández le da un margen amigable para gobernar de cara a 2015, empezará la búsqueda de un candidato fuerte para seguir el modelo. Podría ser Amado Boudou, hoy Ministro de Economía, mañana vicepresidente, siempre leal. Algunos hablan de Scioli, aunque es difícil cuando las diferencias ideológicas son tan grandes. De cualquier forma resta mucho tiempo y todavía no elegimos presidente. Por lo pronto yo veo positivamente que la gente está empezando a elegir propuestas progresistas, o va con el progresismo de Cristina, o va con el progresismo de Binner, mientras que Alfonsín fue castigado con su alianza con De Narváez y Duhalde sigue perdiendo terreno. La elección en octubre no solo dirá quien será el nuevo presidente, sino que además conformará el nuevo escenario político donde habrá un espacio claramente progresista, pero la amenaza conservadora seguirá latente. A tener cuidado con posibles alianzas del PRO de Macri y Del Sel con Duhalde y De la Sota.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario